CONCEPTO Y TIPOS DE COMUNIDADES EDUCATIVAS
RELACIÓN PEDAGÓGICA V COMUNIDAD EDUCATIVA
La educación es siempre una relación. Se realiza en la comunidad del educador con el educando. Por eso la simple relación del alumno con el maestro constituye, de por sí, una comunidad educativa. Sin embargo, no es esta comunidad de dos personas lo que aquí nos interesa, sino las sociedades mismas como educadoras, los grupos humanos e institucionales, los realizadores sociales de la educación.
De esta manera, los términos individuales del acto pedagógico se integran al seno de las comunidades a que naturalmente pertenecen y por las cuales imparten o reciben educación.
FACTORES SOCIALES DE LA EDUCACIÓN V COMUNIDADES EDUCADORAS
Hablar de los "realizadores sociales de la educación" supone el conocimiento de los factores sociales de la educación. Sólo a partir de ese conocimiento será posible obtener una idea clara de las comunidades educadoras.
Son factores sociales de la educación aquellas fuerzas que en la vida de la comunidad luchan para configurar espiritual-mente al individuo y adaptarlo a las formas típicas del grupo. ¿Cuáles son estos factores? Muchos, como muchos son los intentos de hacer de ellos una enumeración exhaustiva.
Hernández Ruiz y Tirado Benedí ' consideran que los factores sociales de la educación son:
1) la familia;
2) la escuela;
3) las organizaciones específicamente culturales de la sociedad;
4) los poderosos medios de información, de comunicación y de difusión que el progreso ha acumulado en nuestro tiempo;
5) el aporte que las organizaciones culturales, no específicamente educativas, llevan a la formación del hombre, siempre que ese aporte sea sistemático, deliberado y consciente.
Por su parte, Ernst Krieck ' distingue los siguientes factores:
1) familia;
2) comunidad popular (aldea, pueblo o villa)
3) Estado. ,
4) comunidades religiosas;
5)-asociaciones gremiales.
Con un criterio semejante al de Krieck, Lorenzo Luzuriaga señala tres factores socioeducativos principales:
1) la comunidad doméstica
2) la comunidad local:
3) la comunidad nacional.
Podrían seguirse citando diversas enumeraciones, pero esto se hace inútil ante la existencia del amplio concepto de la comunidad educativa que envuelve a todos los factores sociales de la educación.
COMUNIDADES EDUCATIVAS Y AGENTES EDUCADORES
Para explicar el significado de la comunidad educativa conviene tomar a la educación sistemática como punto de partida. Hay una expresión muy atinada de Joñas Cohn: "La educación es la acción de un hombre cabal sobre un hombre total". Quiere decir con ello que es la influencia de un ser consciente, poseedor de cultura y experiencia, sobre otro que carece de esa cultura y de esa experiencia, pero que aspira a alcanzarlas. Ya hemos visto que esa relación se concreta en el "acto educativo", pero aquí importa proyectarlo sobre el terreno social, en el cual también se encontrarán dos términos: la generación adulta y la generación joven. El maestro trata de formar al ser inmaduro. pero no lo hace por capricho o arbitrariedad sino como representante de una generación adulta, que busca incorporar a su tipo de vida a los que recién se incorporan a la comunidad.
Tanto en el plano individual como en el social, la educación es una relación, un encuentro, entre individuos o entre generaciones, y con ello hemos logrado aproximarnos al primer concepto de la comunidad educativa: encuentro y relación entre personas de la cual brota una circunstancia educativa ordenada por un propósito pedagógico, que es, con ligeras variantes, la definición que formula Flitner '.
Pero la comunidad educativa no puede ser sólo eso, pues de esta manera no habría más comunidad educativa que la escuela, que es la que se ordena según un "propósito pedagógico" deliberado y consciente.
Mejor refleja la realidad la idea más amplia de la comunidad educativa que nos propone Cohn: grupo humano que educa por derecho propio o por mandato ajeno -. Para entenderlo podríamos preguntarnos si la escuela, que evidentemente es una comunidad educadora, educa por derecho propio o por mandato ajeno. La escuela es una institución que está incrustada en la vida social y al servicio de las instituciones sociales, como el Estado que le fija fines y medios; la familia; las instituciones que colaboran en su sostenimiento. En cambio estas instituciones que acabamos de nombrar (Estado, familia, iglesias, etc.), educan "por derecho propio", lo que significa que además de imponer normas a la escuela, ellas mismas realizan educación porque en su seno se forman, consciente o inconscientemente, sus miembros.
Lo dicho nos lleva a hacer una distinción fundamental.
Las comunidades educadoras, en general, se dividen en dos grandes grupos cuyos caracteres se superponen: las comunidades educativas propiamente dichas, y los agentes educadores. Las primeras son aquellas que realizan educación (la escuela, por ejemplo, sería una comunidad educativa propiamente dicha, pero también lo serían el Estado, la familia, etc.). Los agentes educadores, en cambio, son los que imponen normas de educación. Desde este punto de vista, todos los grupos sociales son agentes educadores, con excepción de la escuela que es una institución mandataria de los agentes educadores.
TIPOS DE COMUNIDADES EDUCADORAS
La separación hecha nos incita a intentar otras divisiones de las comunidades educativas en su más amplia acepción.
Se puede hacer esa división conforme a la "ubicación" de la comunidad educativa en la vida social. Toda comunidad educativa se mueve entre dos fuerzas: el espíritu colectivo y el interés o propósito pedagógico, que no siempre coinciden. En otras palabras: por un lado está la "voluntad pedagógica" de formar al hombre; por el otro la presión del grupo social que limita o acompaña ese afán formativo. Si se tiene en cuenta esta dualidad de fuerzas, puede hablarse de dos tipos de comunidades educativas: las específicas y las no específicas.
Cuando predomina la voluntad pedagógica o cuando la comunidad ha nacido del imperio de esa voluntad —como en el caso de la escuela— estamos ante una comunidad educativa específica. La escuela se define por ese propósito formativo, pero no la familia o el Estado. En la familia se da la fuerza pedagógica porque los padres son y deben ser los educadores de sus hijos, pero junto a ella hay otras finalidades y otras funciones que también hacen a la esencia del grupo doméstico. Las comunidades educativas, con excepción de la escuela, son no específicas, es decir con predominio de otras funciones por sobre la pedagógica’.
El de la "ubicación" no es el único criterio para clasificar las comunidades educativas. También se las puede dividir según su "origen" en naturales (la familia) y en artificiales (la escuela); y según su "duración" en transitorias o episódicas y en duraderas o permanentes, como lo son, respectivamente, la escuela y la sociedad, por ejemplo.
De entre las diversas comunidades educativas, ocuparán nuestra atención únicamente la sociedad, el Estado, la familia y la escuela.
LA SOCIEDAD EDUCADORA DEFINICIONES DE LA SOCIEDAD
Para algunos sociólogos, la sociedad no es más que una relación, un conjunto de procesos diferentes que se involucran bajo esa expresión genérica. Otros, hacen de la sociedad el conjunto de hechos que resultan de acciones e interacciones espirituales. Hay, pues, dos conceptos capitales, y hasta opuestos de la sociedad que han motivado más de una polémica.
Por un lado se llama sociedad al conjunto de acciones recíprocas que se cumplen entre los miembros y elementos de la vida social. El sociólogo alemán Georg Simmel fue uno de los primeros en llamar la atención sobre esta "forma naciente" de la sociedad, en virtud de la cual los hombres se encuentran ligados los unos con los otros. Según Simmel, la sociología imitaba hasta hace poco a la antigua medicina interna que se ocupaba de los órganos, sin darse cuenta de que ellos no son suficientes para constituir un organismo, sino que es preciso un número de pequeños elementos para que se dé la vida. Estos procesos están primitivamente desorganizados y hasta que lleguen a fijarse en órganos más o menos permanentes, son los que encarnan la vida social auténtica. "Los hombres se miran unos a otros, tienen celos mutuos y emulaciones, se escriben cartas, son entre sí simpáticos o antipáticos. El agradecimiento crea vínculos sólidos y estables; se visten y se adornan los unos para los otros. A cada momento se crean estos vínculos, se atan y se desatan. Del conjunto de estos hechos infinitesimales nace la unidad, el abigarramiento de la vida social. Es lo que se llama sociedad en estado naciente".
Por otro lado, se llama sociedad a la sociedad institucionalizada, fija, permanente. Es la tesis de Durkheim para quien las instituciones constituyen la parte visible de la sociedad. De esta manera la sociedad, los hechos sociales, viven fuera del in dividuo y lo coaccionan, como sucede con el lenguaje, con la moral, con la moda, etc.2.
Las dos concepciones no son incompatibles, sino dos momentos sucesivos en la constitución de la sociedad. De ahí que Alfredo Poviña defina a la sociedad como "el conjunto de los procesos sociales y de las estructuras o productos" 3. De cualquier modo, el debate se ha suscitado porque no puede hablarse de una sociedad, sino de varias sociedades, razón por la cual muchos autores prefieren clasificar antes que definir.
Tal es el caso de Ferdinand Tónnies para quien se distinguen la "comunidad" y la "sociedad" '. Hay "comunidad" donde existe una unión natural, espontánea y fundada en tendencias innatas del hombre (familia, aldea). Hay "sociedad" cuando existe una relación voluntaria y recíproca, es decir, consciente, deliberada y teleológica. Se basa en el contrato y en el intercambio entre sus miembros. Ejemplo de "sociedades" son las grandes asociaciones, particularmente el Estado.
La división de Tónnies ha servido de punto de partida para otras divisiones, entre las que se destaca la de Charles H. Cooley z que dentro de la sociedad distingue los "grupos prima-y los "grupos secundarios". Pertenecen a los "grupos primarios" aquellos cuyos miembros "se ven" (por ejemplo, la familia), y a los "secundarios", aquellos cuyos integrantes "no se ven" (por ejemplo, la comunidad nacional).
En la división de Cooley hay un elemento aprovechable para nosotros: ¡a sociedad existe aun cuando los individuos que la componen no se vean entre sí. Este elemento ha sido empleado por un pedagogo, Ernst Krieck, cuya opinión resulta para nosotros de sumo interés. Krieck no da un concepto único de la sociedad, sino que enumera, gradualmente, las notas que lo caracterizan:
1) comunidad es "la convivencia próxima y duradera de un número determinado de hombres";
2) en la comunidad todos sus miembros "están comprendidos en una unidad vital superior por un orden objetivo, una norma ordenadora que somete a los individuos a su coacción";
3) esa unidad vital superior que liga los integrantes de la comunidad no afecta sólo a los hombres que viven en un mismo tiempo, sino también a series enteras de generaciones que se suceden. Resumiendo los tres rasgos, es posible obtener una idea amplia de la sociedad o comunidad (no hagamos diferencias): comunidad es convivencia y sujeción a una norma superior que une las generaciones pasadas con las presentes. Casi sin darnos cuenta hemos caído en una definición pedagógica 3 de la comunidad, pues el mismo Krieck ha enseñado que una de las leyes fundamentales de la educación es la de la "asimilación típica de los miembros a las ordenaciones y normas de la comunidad".
LA SOCIEDAD COMO EDUCADORA
La educación ha sido definida como el instrumento que asegura la subsistencia de la comunidad. Si ello es así debe entenderse que todos los procesos sociales, en la medida en que necesitan de los individuos para cumplirse, son al mismo tiempo procesos educativos. La renovación social se realiza constantemente gracias a la participación y a la comunicación, y esto no es difícil de entender porque la sociedad existe, porque existe la posibilidad de que los hombres se comuniquen y, al comunicarse, participen de intereses comunes.
Por este camino se llega a la identificación de las funciones sociales con las funciones educativas. En efecto, si la sociedad se mantiene y se renueva por comunicación, y la educación es comunicación, la sociedad es hija de un procedo educativo. Según Dewey, la sociedad está "en" la comunicación, "es" comunicación. No hay sociedad por la simple cercanía de dos hombres en el espacio, sin que el uno tenga nada que ver con el otro, sino cuando ambos están identificados con ciertos ideales, cuando pueden comunicarse, cuando la experiencia de uno pueda dar lugar a mejores experiencias en el otro. La comunicación no es un mero contacto físico, sino esencialmente espiritual, y a través de ese contacto es que la sociedad busca propagarse.
En lo dicho, los términos se nos entrecruzan en tal forma que no queda otra salida que una expresión, a primera vista, un juego de palabras: la educación es socializadora y la sociedad, educadora. Pero aunque esto deba aceptarse corre también parejo el deber de no dejarse arrastrar por un exagerado sociologismo. La educación no es sólo un proceso social, ni tampoco la búsqueda de la uniformidad, de la socialización completa y avasalladora. Seremos auténticamente sociales, cuanto más capaces seamos de vivir nuestra experiencia individual. El hombre que no tiene la capacidad de cultivar su singularidad, que nada tiene para proyectar sobre los demás, será apenas un ser "asociado", nunca un "hombre social".
La sociedad cumple así sus funciones de comunidad educadora presionando sobre el hombre desde múltiples ángulos, y dictando normas para la ejecución de la educación sistemática. Como agente educador, la comunidad juega un doble papel: por un lado es renovadora, por e] otro, conservadora. Impulsa a .sus miembros a alcanzar el nivel cultural por ella aceptado, pero en cuanto éstos pasan la línea ¡a sociedad busca la manera de atenuarlos o de separarlos. Es por eso que los grandes reformadores sociales piensan siempre para el futuro; es por eso que una reforma educativa de fondo, necesita una intensa propaganda que convenza al grupo que ha de sufrirla, de su estricta necesidad.
LAS INSTITUCIONES SOCIALES Y LA EDUCACIÓN
Dentro de la sociedad conviven múltiples instituciones que, en la mayoría de los casos, entran en conflicto, sobre todo para la posesión del individuo que, casi siempre, forma parte de más de una de ellas. Esta situación se ha agravado en la época contemporánea, y resulta exacta la descripción de Krieck. "Todo individuo —dice— pertenece a un gran número de complejos sociales. Nadie es sólo miembro de un Estado o de una iglesia, sino ambas cosas a Ja vez. Estudiemos un hombre de la moderna cultura occidental. Es miembro de una familia, forma parte de su ciudad, de su región y de su pueblo, pertenece a una iglesia, a un gremio o a una asociación profesional, está adherido a un partido político y a varias asociaciones libres. La vida de este hombre tiene, pues, tantas partes y aspectos como lazos sociales? existen en el complejo social"
Todas las instituciones nombradas son, al mismo tiempo, poderes educadores que luchan por conquistar al individuo. De ahí la necesidad de que la escuela juegue el papel de integradora de las diferentes influencias afirmando la personalidad unitaria del hombre, y el Estado coordine básicamente las líneas generales de la comunidad nacional, sin exclusivismos ni xenofobias.
EL ESTADO EDUCADOR
¿QUÉ ES EL ESTADO?
El listado ha sido definido corno la "superestructura de la sociedad en Ja cual, mediante el ordenamiento jurídico, se regula la voluntad de poderío para satisfacer las necesidades políticas de la vida del grupo" (Poviña). En esta definición se dan cabida a los tres grupos de elementos fundamentales del Estado: "constitutivo", "atributivos" y "activos". El elemento "constitutivo" del Estado, o sea lo que lo constituye, es la sociedad, jurídicamente organizada, de la cual aquél no es más que una expresión política. El segundo elemento ("atributivo") comprende los atributos del Estado que son dos: el poder y el derecho. El Estado tiene poder, pero su poder fundamental es el de crear derecho, el que, a la vez, constituye el límite de todo poder. Finalmente Jos elementos "activos" o "funcionales" del Estado no son otros que los que el Estado cumple y que son dé muy diversa índole: de servicio social, políticos, administrativos, etc. Entre estos actos están, por cierto, los educativos, mejor dicho los político-educativos, a través de los cuales el Estado impulsa y regula la vida cultural de la comunidad.
LA INTERVENCIÓN PEDAGÓGICA DEL ESTADO
El Estado es la expresión jurídico-política de la sociedad. Aunque más no sea por esa sola causa el Estado debe considerarse un agente educador, porque si la educación es fenómeno social, e instrumento para la conservación de la sociedad, ha de interesar al Estado su protección y su vigilancia. Hace muchos siglos, Aristóteles escribió estas palabras que podrían ser suscriptas, sin modificaciones, por nosotros, hombres del siglo xx: "No puede negarse que la educación de la niñez debe ser uno de los objetos de que cuidará el legislador. Dondequiera que la educación ha sido descuidada el Estado ha recibido un golpe funesto". El filósofo griego nos coloca así en el centro mismo de las relaciones entre la educación y la política, o lo que es lo mismo, convierte a la educación en un problema de política.
Queda dada la primera causa de la intervención pedagógica del Estado. Hay en ella latente la necesidad de la autoconservación. Si no cuida de la educación, se derrumbará la sociedad que es su base y su razón de ser.
Claro es que la "autodefensa" no constituye la única causa de la intervención estatal en materia educativa. Hay otros fundamentos de orden jurídico, político y hasta filosófico. Poi ejemplo, el Estado ha' de velar por el bienestar general, y este bienestar no puede traducirse sólo en comodidades materiales, sino en condiciones espirituales favorables para el desarrollo de los ciudadanos. El Estado "organiza" el bienestar público, y lo hace, entre otras cosas, creando instituciones que no pueden procurarse los individuos por sus propios medios.
Otra de las razones de la intervención estatal —y ésta es definitiva— es el carácter público, no privado, de la educación que, como la salud y la defensa nacional, interesa a toda la comunidad y no sólo a uno de sus sectores. No es privada, porque rebasa lo meramente individual para transformarse en un elemento de orden social.
Faltaría agregar que en una democracia, la responsabilidad educativa del Estado se acrecienta en la medida en que debe preocuparse por formar los hombres que pueden llegar a dirigir la nación.
Lo expuesto no significa que el Estado ha de concentrar todas las funciones educativas —no es un órgano pedagógico puro—, pero sí regular y coordinar los intereses particulares teniendo en cuenta el bien común.
La acción pedagógica del Estado se realiza a través de la política educativa, y da origen a la educación pública 1.
LA FAMILIA EDUCADORA
; QUÉ ES LA FAMILIA?
La familia es el núcleo básico de la comunidad humana Puede definírsela como el grupo formado por un hombre y una mujer y por los hijos que nacen de esa unión. O, de manera más completa, como la unidad afectiva de padres e hijos que resulta de "la reunión de elementos instintivos naturales con la resolución autónoma de la voluntad" 2.
Claro es que esas definiciones corresponden a la familia contemporánea occidental y monogámica, pues el estudio histórico del grupo doméstico demuestra que hay una gran variedad de formas familiares que no tienen mucho que ver con la definida, y que la familia está siempre ligada a las estructuras sociales, evoluciona con ellas obedeciendo, según dice Fernando de Azevedo, a una "ley de diferenciación y condensación progresivas" '.
Dos teorías pretenden explicar el origen de la familia: la doctrina "patriarcal" y la doctrina "matriarcal". De acuerdo a la primera la familia existió desde siempre como grupo independiente. Es decir que existían familias separadas unas de otras y cada una de las cuales reconocía como jefe a un ascendiente paterno, dueño, al mismo tiempo, de la autoridad familiar (•patria potestad). La teoría matriarcal, en cambio, cree que el primer momento de la humanidad es el de la horda desorganizada, el estado de promiscuidad en el que se reconocía como único vínculo directo a la madre centro de la organización familiar y, por ende, social :.
Ambas teorías buscan sus pruebas en dos momentos distintos de la historia humana. Los "patriarcalistas" toman como modelo a la familia romana; mientras que los "matriarcalistas" lo buscan mucho más allá. De cualquier manera, ambas teorías reconocen que la forma actual de la familia occidental es la monogámica, o lo que es lo mismo, que en su evolución histórica la familia ha arribado al modo monogámico de existencia.
Sin embargo — y reconociendo que el patriarcado es la forma originaria de la familia monogámica — esta familia ha sufrido muchos cambios con el tiempo, cambios que permiten afirmar que en nuestros días, al menos en los grandes centros urbanos, la sólida familia patriarcal con fuerza no sólo social sino también económica, se ha roto para dar paso a un grupo familiar inestable, donde no puede haber más vínculo de unión que el consanguíneo y el afectivo.
FUNCIONALIDAD PEDAGÓGICA DE LA FAMILIA
Esa historia de la familia como estructura, repercute en lo que podríamos llamar su "historia pedagógica", su evolución como comunidad o como agente educador.
En las sociedades primitivas la educación de la primera infancia estaba en manos de la familia o, por lo menos, de la madre. Pero muy pronto el espíritu colectivo rompió la influencia familiar. -Es innegable que en los primeros tiempos de la humanidad la función educativa era difusa y corría por cuenta de la comunidad. A medida que la familia fue organizándose, cobro fuerza su funcionalidad educativa, hasta alcanzar la cúspide, en ese sentido, con la yens romana. Pero este apogeo duró relativamente poco pues ya en la Roma clásica se separó la función educativa, que era familiar, de la enseñante o instructiva, que se encomendaba a un grupo especializado (maestros). La familia seguía cumpliendo funciones formativas que planeaban en lo moral y en lo sentimental, pero la función docente fue traspasada a los grupos profesionales que actuaban en instituciones especiales (escuelas). Se ha llegado así paulatinamente a una situación en la que la familia cede cada vez más sus derechos pedagógicos, presionada por la aceleración y complejidad del progreso cultural, por las necesidades económicas, por el resquebrajamiento del significado clásico de la autoridad, en beneficio de otras instituciones, como el Estado y la escuela.
Esto sucede, además, porque con su estructura actual la familia presenta muchas fallas que le impiden cumplir acabadamente con la formación de los hijos. Entre estas fallas pueden indicarse como importantes las siguientes:
1) Desde el punto de vista de la comunidad humana, o de la nacional, cada familia representa intereses particulares, ideales múltiples y formas peculiares de vida que necesitan integrarse a formas e ideales superiores.
2) El carácter cerrado —aunque cada vez menos— del grupo familiar no es el indicado para asegurar la autonomía moral e intelectual del individuo.
3) Las limitaciones económicas —muy comunes— que provocan conflictos de orden material, afectivo y formativo en el espíritu de los hijos.
4) La existencia de familias anormales que no pueden cumplir ninguna función educativa.
No obstante, lo expuesto no debe llevar a negar que, cuando las condiciones normales están dadas, la familia es un agente y una comunidad educadores de -primer orden. Es el núcleo donde se presentan a las generaciones jóvenes los primeros elementos educativos. Mediante ella actúan las costumbres, la tradición, la moral; es ella quien crea los primeros lazos que unen al hombre con su comunidad. Mantiene la herencia cultural fundamental y la lleva a la conciencia de sus descendientes. Por eso tiene tanta fuerza y es difícil luchar contra ella, contra su poder conservador.
"La potestad educativa de la familia" —sostiene Hernán- dez Ruiz y Tirado Benedí— "se deriva claramente de su finalidad intrínseca en la continuidad material y biológica de la obra de la generación. Los hijos vienen a ser como una continuación o prolongación fisiológica y psíquica de los padres. Por eso se ha llamado a la educación segunda generación o generación moral, consecuencia lógica e inmediata de la generación biológica"1. Los mismos autores, con esos fundamentos, han precisado el valor educativo de la familia en seis puntos, que sintetizamos a continuación:
1) "La familia, sanamente organizada, edifica su actuación educativa en las fuerzas vivas del afecto y de la confianza, de la comprensión y de la finalidad".
2) "La familia tiene la posibilidad, mucho más y mejor que la escuela, de atender armónicamente el desarrollo de todas las energías humanas. En ella se provee a las necesidades del cuerpo, sin abandonar las exigencias del espíritu".
3) "La educación de la familia es, por su naturaleza misma, una educación bonica, fundamental, que imprime un sello bien marcado que se mantiene indeleble e imborrable en todas las edades de la vida".
4) "Una buena educación familiar podría ser más completa y equilibrada que cualquiera otra forma de educación, por fundarse en fuerzas y contrastes que mutuamente se complementan: la paternidad, que emplea en la educación la severidad y el rigor, cuida de las eventualidades y de la seguridad de la vida y posee y transmite el conocimiento y la experiencia del mundo y de la época; y la maternidad, que encarna el afecto y ia bondad, prodiga los más exquisitos cuidados y comprende amable y delicadamente todas las necesidades del cuerpo y del Espíritu".
5) "La educación familiar, más que ninguna otra, representa una forma de educación sentida y natural, fundada en el amor e instintos naturales de los padres y en su deseo de acomodarse plenamente a las necesidades del niño y las leyes internas de su desarrollo".
6) "La educación familiar tiene un carácter preparatorio, puesto que se ordena a las otras formas orgánicas de la sociedad".
PEDAGOGÍA GENERAL
RICARDO NASSIF